LEANDRO FERNÁNDEZ DE MORATÍN

LA COMEDIA NEOCLÁSICA

ARGUMENTO Y TEMAS




El conflicto se relaciona con una de las preocupaciones más extendidas en la época. Había sido objeto de debates e, incluso, en 1776 provocó la promulgación de una pragmática tendente a evitar los casamientos desiguales, por edad y extracción social, obligando a los hijos a solicitar el consentimiento del cabeza de familia para contraer matrimonio. Estas circunstancias nos indican que, a pesar de abordar una cuestión doméstica, en El sí de las niñas se plantea un tema trascendente, capaz de constituirse en símbolo de apertura ideológica y política.


 En la obra se debate el principio de autoridad, el acatamiento de las leyes y jerarquías, las obligaciones del individuo con respecto a la sociedad, la relación libertad-responsabilidad en el individuo, los sentimientos y la razón como detonantes del comportamiento y otras cuestiones que convierten a la comedia en algo más que una historia de enamorados que acaban casándose. El conflicto dramático parte de un inicial enfrentamiento entre el principio de autoridad encarnado en don Diego y, hasta cierto punto, en doña Irene y la libertad de Paquita y Carlos para elegir con quién casarse. Moratín resolverá este conflicto mediante una ejemplar solución de equilibrio o compromiso que satisfaga los intereses y deseos de las dos actitudes opuestas, como ha indicado René Andioc: los deseos de una juventud que reclama su derecho a elegir libremente su matrimonio y la necesidad de respetar el principio de autoridad encarnado en los padres. Pero, para hacer posible tal solución, es preciso que se observen unas condiciones. La primera es que los hijos siempre cumplan como tales, que se comporten de acuerdo con un principio de decoro que, en su caso, les obliga a una total obediencia. Y en cuanto a los padres, deberán ejercer su indiscutible autoridad ajustándola a la razón para evitar las funestas consecuencias que se esbozan en la misma comedia.

Para Moratín la comedia era:


"Imitación en diálogo (escrito en prosa o verso) de un suceso ocurrido en un lugar y en pocas horas entre personas particulares, por medio del cual, y de la oportuna expresión de afectos y caracteres, resultan puestos en ridículo los vicios y errores comunes en la sociedad, y recomendadas por consiguiente la verdad y la virtud"

-El enredo pone en movimiento toda la acción y la complica, posibilitando así la aparición del nudo. Se produce cuando se descubre la relación de parentesco existente entre los dos galanes de la obra, el viejo y la joven.

- La carta se convierte en un eficaz auxiliar del enredo. Se incluye en el acto tercero. Posibilita la culminación del nudo. Pero a la vez facilita el advenimiento del desenlace.

-La anagnórisis hace importante acto de presencia. Es entendida en sentido amplio, como la explica Luzán en su Poética. Se concibe como el paso de lo desconocido a lo conocido.  Gracias a ella, doña Francisca llega a descubrir la verdadera identidad de don Carlos, pero también a los sucesos, dado que, por ella, don Diego termina por conocer las auténticas relaciones que se han establecido entre su sobrino y doña Francisca y los verdaderos sentimientos de ambos jóvenes...

Recoge El sí de las niñas unos asuntos que estaban de actualidad en los años en los que se realiza su creación, el de los matrimonios desiguales y el de la libertad de los hijos en la elección de pareja.

En el argumento se abordan asuntos cotidianos, no hechos heroicos; problemas con los que el público medio del momento podría identificarse: matrimonios concertados, educación de los hijos, relaciones amorosas, fidelidad en la pareja, relaciones paternofiliales... Toda la materia está distribuida en tres actos, lo cual es considerado aceptable por los preceptistas del momento, e incluso preferible al reparto en cinco o cuatro actos, pues permite adecuar mejo r la estructura externa de la obra al reparto de la acción aconsejado por Aristóteles en tres momentos clave, el planteamiento, el nudo y el desenlace. Se utilizan una serie de recursos que forman parte de la poética de la comedia de buenas costumbres:

-la introducción «in medias res», necesaria por el uso de la unidad de tiempo que Moratín lleva a su extremo llegando a hacer coincidir casi el tiempo de la representación y el que tardarían los hechos en suceder, con las elipsis. Los dramaturgos no pueden escenificar la historia completa que presentan. Tienen que dar paso a la acción con los hechos iniciados, y luego, mediante el recurso de la retrospección, narrar los antecedentes, la «prehistoria» de los sucesos.

-La acción se articula por medio de un triángulo amoroso, en cuyos vértices se sitúan tres de los protagonistas: don Diego, doña Paquita y don Carlos.